La película trata un tema muy salvaje: el tráfico de diamantes, esas piedras preciosas que financian las guerras en este continente, a cambio de un trueque de diamantes por armas.
En el desarrollo de la historia se aprovecha para dar un paseo por Sierra Leona y reflejar la situación de estos países en casi perpetuo conflicto, los asesinatos indiscriminados, el sufrimiento de la población, los niños soldos, etc.
Actoralmente me gustó, están todos muy correctos, los paisajes son impresionantes, la acción intensa, la historia entretenida…En fin, una película interesante.
Al final, sales de la sala con la tentación de coger todas las joyas de tu madre y de tirarlas a la basura. Hollywood intenta, de forma hipócrita, denunciar el tráfico de diamantes de los mayores compradores.
Zwick nos pone en el cine lo peor de los conflictos en África, conflictos, lamentablemente olvidados, o, citando una frase de la película "con suerte tendrán un minuto en las noticias, entre los deportes y el tiempo".
El cine puede ser una importante arma contra las injusticias, además de un simple entretenimiento. Por suerte el cine todavía sirve para pensar y discutir.
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